Un planeta en off
El 19 de marzo se celebra en todo el mundo 'La hora del planeta', el mayor acontecimiento de contenido
medioambiental de la historia, surgido en 2007 como parte de una campaña de comunicación y relaciones públicas diseñada por Leo Burnett Sydney para WWF
El próximo sábado, entre las 20:30 y las 21:30 horas, tendrá lugar, una vez más, la ceremonia de 'La hora del planeta', una iniciativa auspiciada por WWF a la que cada año se incorporan más seguidores por todo el globo, pues se trata de una movilización que a pesar de conmemorarse a oscuras ilumina la esperanza.
En la actualidad, miles de ciudades toman parte en esta acción, que comenzó en 2007 en la ciudad australiana de Sydney y que el pasado año contó con la participación de 10.000 ciudades de 172 países.
Hasta el momento, se han sumado a la nueva convocatoria de este proyecto 200 municipios y pueblos españoles, que apagarán la luz durante 60 minutos para poner de manifiesto la lucha contra el cambio climático y evidenciar la fragilidad del planeta, según explica WWF.
En paralelo, además, ese mismo día, habrá otras actuaciones locales de mentalización. En Madrid, por ejemplo, tras el apagón de los principales edificios de la Plaza de Oriente, habrá un espectáculo lumínico con androides led.
Entre los monumentos nacionales que pondrán el interruptor en off figuran la Alhambra de Granada y el Generalife, el Palacio Real de Madrid o la Catedral de Palma de Mallorca. Alrededor del orbe intervienen muchos otros emblemas internacionales, como son la Torre Eiffel (París), el Burj Khalifa (Dubai), la Acrópolis (Atenas) o la Puerta de Brandeburgo, en Berlín.
Más allá del simbolismo de la acción, calificada por sus promotores como uno de los eventos globales más importantes que tienen lugar, 'La hora del planeta' desencadena cifras notables de ahorro, aunque todavía son cantidades que han de ir en aumento conformen las conciencias tomen consciencia de su relevancia para la vida.
Con todo, los números no han de ser lo más inmediato. Urge en mayor medida un cambio de chip a raíz de apagón. Primero, a través de modificaciones legislativas impulsadas por los gobernantes y los reguladores. Y, en segundo término, con nuevos procederes por parte de la ciudadanía. Porque si las medidas de los gobiernos son determinantes, no lo son menos las conductas ordinarias de la gente en el día a día, pues es sabido que las ciudades cambian más deprisa que el corazón de las personas, como dejó escrito Baudelaire.
De ahí la importancia de la cobertura mediática de este evento y de la 'publicity', la resonancia, que activa este peculiar acontecimiento, gracias a los millones de impactos que tienen estos 3.600 segundos en los noticiarios de televisión y en los periódicos de todo el mundo, que se cuantifican en miles de horas y en millones de euros, a partir de la reproducción de espectaculares imágenes de los principales hitos arquitectónicos del mundo sin luz.