Campañas muy sonadas
Hacer sonar la campana del mercado de valores de Wall Street, y plasmar ese momento, es probablemente una de las acciones de comunicación que más ruido mediático genera, aunque en los últimos años, a raíz de los desplomes bursátiles que se han registrado, se ha comenzado a cuestionar su impacto en el capital imagen
Una de las actuaciones de relaciones públicas y comunicación más notorias (y globales) tiene lugar de lunes a viernes a las 9:26 AM, una acción que se repite a las 3:56 PM. Se trata de la apertura (y el cierre) del mercado de valores de Wall Street a golpe de campana, un rito que se remonta hacia 1870, que sirve para dar inicio a las operaciones diarias de intercambio de valores.
Ahora bien, más allá de la tradición y de su contenido funcional, este sonido simbolizamucho más. Simboliza el triunfo del capitalismo, el éxito de la actividad económica y la constatación de la boyantía, aunque en ocasiones todo esto haya resultado un estrepitoso (y sonoro) fracaso. En todo caso, lo cierto es que toda gran corporación que se precie como tal, si desea ser reconocida, ha de haber tocado el timbre en el parqué.
El primer invitado que golpeó la campana de apertura fue Leonardo Ross, en 1956, quien con 10 años de edad había ganado un concurso de televisión respondiendo a preguntas sobre el mercado de valores.
Desde entonces, miles de presidentes, directores generales y consejeros de compañías de todo el mundo han dado el campanazo. Sin olvidar a los mandatarios extranjeros que igualmente han pulsado tan famoso ruido, que comenzó siendo en 1870 a toque de gong y que, desde 1903, se activa por corriente electrónica.
Pero muchos otros también han sido invitados a dar el primer golpe, a veces por la carga simbólica que conlleva su presencia (como fue el caso de los policías y bomberos encargados de abrir la primera sesión bursátil tras el 11-S) o como parte de una estrategia promocional.
Darth Vader, la cerdita Peggy, la rana Gustavo, Michael Douglas, Robert Downey Jr... O incluso el mismísimo David Villa, en su actual etapa como jugador del New York City, por citar unos cuantos nombres, se incluirían en el apartado de celebridades que han tenido el privilegio de tocar la campana.
Porque la ceremonia de la Bolsa de Nueva York, sin duda, proporciona una plataforma única para la exposición de una marca, amparándose en cualquier "percha" o hito corporativo, ya se trate de festejar el inicio de la actividad bursátil, un lanzamiento, el arranque de una campaña, la conmemoración de un aniversario o la presentación de un filme. En la práctica, la agenda para principiar la sesión, o para cerrarla, está siempre repleta de marcas deseosas de dar el golpe, tal y como se puede comprobar en el sitio web de la New York Stock Exchange (NYSE).
Es preciso recordar, a este respecto, que ambas ceremonias –la de las 9:26 AM y la de las 3:56 PM– se retransmiten a través de la dirección electrónica de la NYSE y en diferentes cadenas de televisión, como la CNBC, Bloomberg TV y Noticias Fox Business, llegando a millones de televidentes en todo el mundo. Según la NYSE, cuando se trata de la proyección pública de una marca a los medios, nada se le acerca en el ámbito de los negocios.
Tal es la notoriedad de este evento, que su alcance ha trascendido y otros mercados de valores han replicado la fórmula de la campana, entre ellos el Nasdaq, la segunda bolsa de valores más grandes de los EE.UU, que cuenta con su propio dispositivo, al que asimismo invitan a la participación, también previo pago, por supuesto.
De hecho, no hay consultora de comunicación que no sugiera a sus clientes una iniciativa de esta índole para celebrar su estreno bursátil, aunque sólo sea un 'remake' de la neoyorquina. Aunque hay que llevar cuidado, no vaya a ser que el salto de una corporación al mercado sea recordado por una aciaga imagen, como sucede en el caso de Bankia, cuya campana –y el artífice del gong inicial– tantas veces ha ilustrado las crónicas nacionales de la corrupción.